Salvador Gómez de Simón encarna al poeta que esgrime el lenguaje
narrativo y la estructura clásica principio, nudo y desenlace
para celebrar los caminos del pensamiento.
A través de Los Diez
Cánticos Elementales, ascenderemos, como en una escalera de perfección,
desde la soledad y la búsqueda de la esencia hasta el canto universal a
toda la Creación; pasando por parajes de música, amistad, como
no amor y preguntas que se nos irán desvelando como claves.
Y como viajeros de la vida, encontraremos ante nuestra mirada los temas fundamentales
que, como máscaras tras el carnaval, nos ocultan el todo, la nada, lo ido
y lo por venir.
Salvador es poeta que, afanosamente, y dejándose
la piel en el empeño, transmite el atisbo de un verso que como una vela
inmortal nos alumbra a todos los demás mortales. Su poesía vibra,
encandila, canta a la desesperación, al amor natural, al amor sublime más
allá de la luz. Consigue que la música de Mahler se transforme en
bellísimos versos.
... Tal vez en esto consiste
el devenir del tiempo. Los actores tomaremos nuestros puestos en el escenario
para representar la obra desde el primer momento conscientes que al final
siempre deberá caer el telón sobre el escenario. Por fortuna
también nos acompañarán los genios: los Platón,
los Mozart y los Shakespeare. Y Platón nos ofrecerá sus
impagables Diálogos que nos ilustrarán sobre la belleza
y la inmortalidad del alma...
(Del Canto Sexto)
El autor:
Salvador Gómez de Simón
Vine al mundo en enero, a mitad del siglo pasado, en
la ciudad de Barcelona. Mi vocación como escritor es pues tardía,
surge cuando la vida me ha permitido ocuparme de otras cosas que no fueran las
de resolver las necesidades más perentorias e inmediatas de la vida.
Pero aunque tardía, ha irrumpido con la fuerza irresistible con la
que se revelan las cuestiones realmente importantes que, desde que el mundo es
mundo, atañen al alma humana: el amor, la muerte y el Ángel (que
para mí no es un sucedáneo de Dios, sino la alusión poética
del Ideal Trascendente), porque creo firmemente que escribir poesía es
la única forma de convertir la desesperación, no en una parálisis
estéril, sino en una forma de interpretar y expresar el mundo mediante
la palabra escrita.
Aunque creo que mis experiencias vitales no interesarán
a nadie, como no me avergüenzo de nada de lo que he hecho, relato brevemente
las distintas actividades profesionales emprendidas en mi vida, que están
íntimamente ligadas con mis estudios de Ingeniero Industrial Superior,
Licenciado en Ciencias Empresariales e Inspector de Hacienda del Estado. He trabajado
pues, en el sector privado, en actividades fundamentalmente relacionadas con la
informática y en el sector público en diversos puestos de responsabilidad
del Ministerio de Economía y Hacienda y posteriormente de la Agencia Tributaria.
En cuanto a mis aficiones, aquéllas que me han permitido escapar
de la realidad cotidiana y me han proporcionado un universo alternativo: los viajes
(conozco los cinco continentes), la música (creo que me he dedicado a la
poesía por no tener los estudios necesarios para la composición
musical, como hubiera sido mi deseo) y la literatura, pues debo confesar que he
leído todo lo que se ha puesto a mi alcance desde Tolstoi a Vargas Llosa,
pasando por Joyce y Proust. Y en poesía aún a riesgo de ser demasiado
esquemático: Neruda, Miguel Hernández y Hölderlin. Y de los
contemporáneos, habiendo muerto Ángel González, Juan Gelman,
Carlos Marzal y María Antonia Ortega.
Los Diez Cánticos
elementales es su segundo poemario tras el éxito de Elogio
del silencio; editado también en Cuadernos del Laberinto.
El
autor nos habla de "Los diez cánticos elementales"
Entrevista en el programa "Sexto Continente"
de RNE