Nací un veinticinco de septiembre
de mil novecientos cuarenta y dos, supongo, que las últimas
moscas del verano volarían por la casa, recostada en
el rio, anunciando la incipiente vendimia. Era mediodía.
Fue un mal año, creo, los pucheros tenían más
agua que comida, pensar era un ejercicio peligroso, la obediencia
rutina. Las hordas fascistas arrasaban Europa. Fui emigrante
cautiva en la lejana América distinta.
Un amigo, me animó a publicar mi primer cuento, allá
por los sesenta, y escribí sin parar, como ejercicio
del alma inquieta y vigilante.
Después llegó la vida y me arrastró por
otros caminos en volandas, y aquí estoy vieja en años
y novel en versos, haciendo lo que siempre quise, confesar al
papel mis alegrías, los duelos y quebrantos que vivo.
En Cuadernos del Laberinto ha participado en ATLAS
POÉTICO. Viajeras del siglo XXI
SAN PETERSBURGO
He perdido esta ciudad,
la he borrado del atlas,
no existe el Hermitage
y sus setenta gatos,
sus relojes y resortes,
la libélula dorada,
el pavo real,
el gallo,
la sala de ámbar,
el aire que perfecto atraviesa
las máquinas.
He borrado el Mariinski
de hadas aladas,
los violines mágicos,
la perfecta resonancia.
Ya no existe el Neva,
ni el Palacio de Invierno,
la Venecia del norte
no tiene referencias,
ni latitudes, ni espacios,
porqué no está tu mano
para andar por sus calles,
y debes apuntar otra deuda
en lo que no me has dado.
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