(Llegó al planeta el día de los muertos, empezó a trabajar el día del trabajo y conoció el amor el día de San Valentín. Ha curioseado por una vasta parte del vasto mundo geográfico y por un montón de mundos imaginarios y virtuales ya que sus visitas, visionados, audiciones y lecturas se miden por arrobas. Escritor lento como el caracol e intermitente como el croar de una rana, elabora largamente los textos antes de considerarlos definitivos y molestar con ellos a los amigos. Su tema favorito es la observación lírica de los mecanismos de comprensión y comportamiento del animal que llevamos dentro para descubrir sus fallas y desfases y así hacer chistes a su costa en un formato que el mono reconozca como algo sensible, culto, poético.

Ha publicado Hazversidades poéticas en Cuadernos del Laberinto.

Yo he visto
Entrar un rayo
En la cabeza de un hombre
Hombre rayo y hombre
Quedaron fulminados
Yo poeta —por la gracia de Dios—
Desgraciado —por la bondad de los hombres—
Barrunté la posibilidad lírica
Calculé el simbolismo cruento
el sobrehumano azar
Decidí de inmediato —sublimes— metáforas
Até esquivos tropos
Vislumbré la grandeza poética y humana
Y gracias a Dios al hombre
al rayo y al hombre
Me fui con los dedos
contando sílabas.