Nacido en la Ribera del Duero, en Tierra
Aranda, en Gumiel del Mercado, Burgos.
Feliz en una familia numerosa, franciscano, estudiante de Filosofía
en Salamanca. Estudiante de Espiritualidad con los Jesuitas.
Ha sido profesor de Ética y otras asignaturas en el Colegio
Franciscano de La Puebla de Montalbán (Toledo).
Como poeta ha publicado los libros Otra
vez la palabra, Lecturas
y canciones. Humanidad en el Universo y Llegar al manatial,
con una gran acogida por los lectores y la crítica especializada.
Ha intervenido en publicaciones, como los Sermones de san Antonio
de Padua, y la dirección de la Revista Santuario.
Es director de ejercicios espirituales y acompañamiento
espiritual a religiosas consagradas, monjes y laicos.
Actualmente vive en el Santuario de san Pedro de Alcántara,
de Arenas de san Pedro (Ávila), y dedica tiempo a evangelizar
a través de las redes sociales: Facebook: Salmos y Cánticos
en la Creación (página) y en Salmos Cantados en
Medio de la Creación (biografía); también
cuenta con un canal en You Tube.
PALABRA COMO EBRIEDAD
Que la palabra es una copa de atracción
donde se vienen a verter los más deseos,
los intereses más limpios de la unión
entre los seres que habitan a lo lejos.
Tiene ebriedad el don de la palabra
que satura, enrojece, aligera,
crea la creación llena en belleza
y más satisface de la luz como riqueza.
Hay un Cantar de los Cantares,
todo lleno y repleto de clamores:
palabras como vino, dardos, besos,
unción de aceite, abrazos y requiebros.
Quien tiene la palabra herida, ebria,
puede conducir el cielo y las estrellas,
las masas de las gentes, el mundo,
las cicatrices más hondas, las fieras.
¡,Oh don!, ebria palabra que nos rodea
todo el ser, la cintura, la cara, el corazón.
Viene a ser envuelto en cascada de agua
el mundo más de piedra. ¡Oh don!
Ebrios y locos, y al mismo tiempo tan despiertos
que podamos percibir los sufrimientos,
todas las alegrías, el campo y sus vertientes,
la paz y el bien, el reloj en el tiempo.
¡Oh, don!, palabra ebria y loca que nos llega
como acción de gracias, regalo, palabra
tras palabra, música y dolor que acompaña
todo la creación desde su inicio en la mañana.
¿Y cuándo llegará la tarde
tan ebria y frágil, llena
de amor y olor, perfume de eternidad
que nunca acabe?