Su debut en el mundo de la literatura es su poemario "Caminando
desnudo". Explíquenos su origen y esencia, y qué ha
pretendido transmitir con él
La necesidad de publicar ha surgido de la necesidad de comunicar. Por diversas
razones necesitaba tomarme un descanso en mi faceta profesional de artista plástico.
La mayor parte del tiempo que en mi vida ocupaba las imágenes comenzó
a llenarse de palabras. Y un buen día, entendí que tenía
entre manos un libro de poemas. Poemas que tan solo suponen una forma de expresar
mi mundo interior, mis preocupaciones y anhelos, mi visión del hombre y
el mundo desde un punto de vista honesto y sincero.
¿Qué le da la poesía frente a la narrativa?
En la poesía encuentro la libertad artística más absoluta,
tanto desde un punto de vista intelectual como desde un enfoque formal. Me permite
desprenderme de artificios y alejarme de modas y atajos creativos. Encuentro en
ella una herramienta de enorme potencial para desarrollar mi creatividad, relajado,
sereno, y por tanto, seguro.
Tiene usted una trayectoria
larga y prestigiosa cargada de premios de pedagogía, arte y creación
¿A qué más disciplinas se dedica? ¿De dónde
saca tiempo para tanto?
Intento conocer
y disfrutar de todo lo maravilloso y estimulante que nos ofrece este mundo. Soy
una persona nerviosa (podría tildárseme de hiperactivo) y con una
gran energía interior, lo que a veces me juega malas pasadas pero que bien
enfocado me permite acometer numerosas empresas. Me apasiona la creación
(pintura, grabado, dibujo, fotografía, arte digital, etc.) y encuentro
fascinante la enseñanza. Se aprende muchísimo enseñando.
Desde niño siempre he sentido una gran curiosidad por el conocimiento.
Nos ha llegado el rumor que tras la poesía quiere probar
suerte con la literatura infantil ¿Es proclive a los cambios constantes,
de dónde ese ansia de experimentación?
Estoy
escribiendo una novela de género. Una historia de y sobre la fantasía.
Tras publicar he descubierto lo gratificante que es compartir mi obra con los
lectores. ¿Y qué mejor lectora que mi hija Lucía, que a sus
9 años ya ha devorado decenas de libros? Por ello, he emprendido esta aventura
literaria, para hacer feliz a mi hija y para disfrutar del enorme placer de dejar
volar la imaginación.
Como he comentado antes, soy hombre de mente
y cuerpo inquietos, necesito retos que me estimulen para no caer en la apatía.
Tras el profundo ejercicio de sinceridad y análisis de lo real que han
supuesto los poemas de "Caminando
desnudo", ahora encuentro estimulante aprovechar la inocencia y la alegría
de la que me nutren mis hijos para sumergirme en la materia de la que están
hechos los sueños, la fantasía. Trabajo que alterno con la escritura
de mi siguiente poemario. Creo que es un desafio ilusionante el moverme entre
la barrera que separa lo real y lo fantástico durante los próximos
meses, ver cuan nítidos son esos límites.
Su poesía
es bastante crítica con la sociedad ¿Qué salvaría
de ella y qué no?
De la sociedad salvaría a las
personas en general y condenaría a algunas personas en particular.
Salvaría
el amor, la pasión, la alegría, y condenaría la envidia,
la avaricia y el rencor.
¿Es de los que piensan que cualquier
tiempo pasado fue mejor?
No. Me encantaría que mi juventud
se desarrollara ahora con la cantidad de posibilidades de aprendizaje e información
que existen hoy en día. No soy un nostálgico. Solo miro hacia atrás
para coger impulso.
Manifiesta
que su familia es la clave angular de su mundo ¿Es el amor la tabla de
salvación única?
El
amor, en sus múltiples formas, es la energía que mantiene unido
al universo. Sin ella todo se termina destruyendo, con ella todo es posible.
Cuándo se pone a escribir,
lo hace para sí mismo o pensando en sus posibles lectores?
Hasta ahora, mi escritura siempre ha sido un acto egoísta. Tan solo
pienso en mí. Quizás eso por eso me siento tan libre escribiendo.
Si uno quiere agradar a todo el mundo corre el riesgo de no gustar a nadie. Por
esa razón prefiero la literatura sincera. Respeto a cualquier escritor/a
que sea honesto con su trabajo, pese a que su obra no me agrade siempre defenderé
a aquellos que escriben con el corazón y no con el bolsillo. Aun escribiendo
ahora una narración fantástica que me agradaría que leyeran
mis hijos, lo hago sin obsesionarme en si les gustará o no. Pues, de lo
contrario, corro el riesgo de escribir una historia encorsetada por lo que creo
que les gustaría y no la mejor historia que sea capaz de contar.
Si pudiese cambiar algo en este mundo
a través de sus obras, ¿qué sería?
Hay
tanto por arreglar
por ejemplo: ojala pudiera cambiar el sufrimiento innecesario.
No estoy en contra del sufrimiento como tal, pues lo creo necesario para desarrollarnos,
pero existe tal cantidad de sufrimiento innecesario
sobre todo en el ámbito
infantil, el más cruel de todos
Desgraciadamente no parece que eso
sea posible. Pero de sueños vive el hombre.
¿Es
de los que afirman que una imagen vale más que mil palabras, o bien
que una imagen miente más que mil palabras?
Creo
que el poder de la imagen es tan grande que vale más que mil palabras pero
que el hombre, entidad aun más grande, está moldeando la imagen
para disfrazar y proclamar sus mentiras.