Coleccción LA VALIJA DIPLOMÁTICA,
Nº 61
344 páginas I.S.B.N: 978-84-122808-6-9 17€
Prólogo: Julián Ibáñez
<<CASA
DEL LIBRO>>
<<AMAZON>>
<<SANTOS OCHOA>>
<<VERSIÓN
DIGITAL KINDLE>>
<
Descargar PDF del primer capítulo >
Cuando Linda leyó en la edición
dominical del New York Times que su amante, Giovanni Gentile,
había muerto degollado en un suburbio de Lagos supo que
era cierto porque nadie en su sano juicio se podría haber
inventado que un alto miembro de la curia vaticana, papable, de
familia italiana pudiente, fuese a encontrar la muerte en un burdel
de los arrabales más violentos del mundo. Y lo odió
como nunca se imaginó que se podría odiar a alguien
porque no le quedó más remedio que volver a África
a saldar cuentas. Todos sintieron lo mismo y cada uno tenía
sus razones inconfesables que nos estremecen porque podríamos
haber sido nosotros mismos los que odiaban como solo se puede
odiar a un muerto.
Hard boiled plagado de personajes cínicos que buscan
sus propios objetivos, de referencias operísticas y filosóficas
que nos sitúan en una Nigeria marcada por los contrastes
entre el amor, el sexo, la violencia y las relaciones diplomáticas.
El autor: Juan Lueiro
Nació en A Coruña y de
pequeño quería ser carpintero. Dio muchos tumbos,
estudió muchas cosas, se alistó en el Ejército
y como nada le convencía, pensó en emigrar como
su abuelo que se fue a Cuba con su clarinete a hacer las Américas.
Un referente. Estudió en Bruselas y Nueva York con beca
de la Fundación Barrié y pasó el Bar Exam
con toda la intención de ejercer de abogado que es a lo
que se dedicaba su padre.
Pero no, aún quedaban tumbos por dar. Se fue a vivir a
Oporto por amor y allí se hizo diplomático, estudiando
de madrugada antes de ir a trabajar. Pasó por Angola, Nigeria,
Argelia y Tanzania y aquí, por fin, consiguió hacer
lo que siempre quiso: labrar la madera de barcos desahuciados
para hacer muebles. Ahora deambula, conmovido, por los mismísimos
salones que recorrió Solal y se pierde en las montañas
que contemplaba Hans Castorp envuelto en su manta de pelo de camello.
Prólogo. Por Julián Ibáñez
¿Qué hace un diplomático
como tú embarcado en el género negro? ¿Un
diplomático no es un señor, o señora, que
huele a after shave (o a Je Reviens), con el nudo
de la corbata bien prieto, que se desabrocha los gemelos cuando
se sube las mangas para sacar las palabras de un jarrón?
¿Qué tiene que ver con tipos que hablan por el lado
de la boca donde no tienen el pitillo, cogen los pepinillos con
los dedos y atrapan las palabras en la boca de una alcantarilla?
Los lectores agradecemos que nos «enseñen deleitando».
Tenemos una sensación de plenitud, como si te doblaras
en dos y tus dos «yoes» avanzaran en dos realidades
paralelas, en fin, que aprovechas muy bien el tiempo.
Lo digo porque en esta novela el autor nos coge del brazo y nos
pasea por los barrios bizarros de Lagos; también nos lleva
a un par de mazmorras, a una iglesia y a unos cuantos despachos.
Que conoce de primera mano. En realidad se trata del más
difícil todavía: darnos una vuelta por Lagos sin
que nos olvidemos del argumento. Se nota la primera mano. Nada
de documentarse en mapas, o guías de viajes (como hacía
Emilio Salgari, que nunca pisó la cubierta de un barco).
Pero, amigo Lueiro, olvídate de la medalla de oro al Mérito
Turístico del Gobierno de Nigeria.
¿Hard boiled o enigma?, ¿La Moraleja o Entrevías?,
esa es la cuestión. Enigma es trama, argumento, caballeros
con paraguas y té a las cinco. Hard boiled es lo otro:
ambiente, personajes, estilo.
Casan mal. Un estilo ingenioso, con buenos personajes, te saca
del argumento, te hace perder el hilo. Y un buen argumento enturbia
personajes y decorados. ¿Quién mató al cura?,
te preguntas en una novela de Simenon, una pregunta que se apodera
de tu cerebro borrando al cartero, al maestro, al rollo del alcalde
con la maestra y al casino.
Lueiro rompe con una de las reglas de oro del género: atrapar
en el primer párrafo al lector por la garganta y no soltarlo
hasta que termina el libro.
Bien por los argumentos sin prisa. Los que te esperan ahí
para continuar su camino, mientras se disecciona un nuevo personaje
al que se le concede toda la relevancia. El argumento, es decir,
el misterio, queda en suspenso mientras nos adentramos por terrenos
lo suficientemente escarpados para resultar atractivos, sin que
echemos en falta la respuesta de quién es el asesino del
cura, porque sabemos que el malo está ahí, que no
se ha ido y que antes de que termine la novela lo atraparemos.
Un argumento que fluye sin contaminarse a través de una
ambientación poderosa, sin complejos, que te lleva a pensar
que el Chicago de los años treinta, con sus bates de beisbol
y sus Thomson, era cosa de chicos.
Dejar en suspenso el quién mató al cura para
destripar sin remilgos un personaje, sin que el lector se sienta
frustrado, seguro de que el asesino no tiene escapatoria. Personajes
de una pieza, con una gran carga dramática que claman su
propia novela. Nada de hombrecillos y mujercillas grises que pasaban
por allí.
Otra de las reglas que Lueiro rompe (fue un alumno de lo más
díscolo) es el estilo. Después de todo, el hard
boiled lo inventaron los americanos, así que nada de
adjetivos, adverbios, ni palabras de más de dos sílabas.
Si hay que describir la sordidez de una celda común en
el tercer sótano de una comisaría de Lagos, pues
tiramos de las mismas esdrújulas que empleamos en un informe
al embajador. Resulta chocante y también divertido. Luego
te mosqueas cuando caes en la cuenta de si Lueiro no habrá
acertado.
Los guionistas de Hollywood decían que los finales tenían
que ser rápidos y sorprendentes. Cerrando este libro piensas
que los finales de Hollywood eran lentos y predecibles.
Dejen la botella al alcance de la mano, acomódense en el
sofá, pongan los zapatos sobre un cojín y lean.
Argés. Febrero, 2021
Entrevista al escritor JUAN LUEIRO
en Radio Eiberoamericana
abril, 2021
"La muerte en Lagos",
de Juan Lueiro. Entrevista al autor en RNE
Programa Sexto Continente. Junio, 2021
Noticias relacionadas
•
La muerte en Lagos, de Juan Lueiro. Reseña
en Calibre 38, por Sergio Torrijos
•
Juan Lueiro, escritor y diplomático, regresa con "La
muerte en Lagos", en La Voz de Galicia
•
Escribir novela negra permite abordar lo que no se puede decir
- La muerte en Lagos. Juan Lueiro, diplomático y escritor.
Por Leer en Madrid
Juan Lueiro recomienda La flor púrpura, de Chimamanda Ngozi
Adichie. Revista Vida Nueva (octubre, 2021)
|