(Badalona, 1969)
Desde niña sintió fascinación por la naturaleza, sobre todo por los animales, a la vez que iba creciendo su interés por la literatura. Ya a los catorce años la escritura era su epicentro y el diccionario se convirtió en su Biblia.

Los veranos de su adolescencia en Benicàsim marcaron el germen de este "Con un destino en el aire". En ese entorno inspirador saboreó también sus mejores lecturas, siendo la prosa poética de José María Merino en La orilla oscura la que la invitaría definitivamente a cruzar la otra orilla, la del escritor.

Actualmente escribe sus "Contingencias de diario", un anecdotario cargado de poesía y de historias de sincronicidades, en el que relata lo que de extraordinario tiene la cotidianidad.

Ha participado en la antología Laberinto breve de la imaginación.

DRAMÁTICO ESPECTÁCULO

El sol luminoso y ardiente;
el mar en calma, la brisa marina;
los bañistas, sus trajes de baño y sus artilugios
y el leve romper de las olas
entrecortando su alboroto en el agua.

Y en la arena húmeda,
el cadáver de un hombre cubierto de tela blanca:
ha irrumpido la muerte
en cruel contraste con la ociosidad de la playa.

Bajo una sombrilla, espectadora accidental,
una mujer lee y alza la mirada
ahora al mar, ahora al cielo,
y los ojos se le van...
ajena todavía a la muerte.

El sol sigue luminoso y ardiente
como el gran foco que ilumina
el imprevisible espectáculo de la vida.