Coleccción ANAQUEL DE POESÍA, nº 61
Prólogo: JUAN MIGUEL DOMÍNGUEZ PRIETO
I.S.B.N: 978-84-945530-0-4 • 122 páginas • 15€

Esta obra poética es un crescendo que va de las palabras al Nombre, de la tierra árida, a la «Tercera aurora…»; del mero verbo del hombre a la mano en silencio, vibrante, de Dios; de ver, a que Dios nos vea y el hombre se sepa contemplado y recreado. Éste es un libro poético que recoge creación de sed durante treinta años, búsqueda en los silencios de los que es testimonio la letra, con los oídos fijos en el Invisible, verdad única.

Todo se va despojando, desnudando, descalzándose, y esto, en la escuela de san Juan de Fontiveros; en matices espontáneos, no buscados: que éste ha sido su guía primordial en el transcurso interior de esta obra del autor. Obra de altos y silenciosos gemidos, y fieles, de «gamos saltadores» por los paisajes de alma del poeta. Marcos Rincón Cruz sabe, con el autor del Cántico espiritual, que «el gemido es anejo a la esperanza» y que hay luz y noche en la Noche.

Este florilegio, de tres partes poéticas, se nos muestra construido de vaivenes, de noches y auroras, de tormento y gozosa paz. La paciencia de la lámpara, que tiene de fondo la parábola de las diez vírgenes en espera de su Señor, versea la propia espera del Nombre sobre todo nombre, anhelante de estar ya grabado en todos los hijos de los hombres.

ASOMBRO ANONADADO

Olvidaron los lirios su tristeza
y exhalaron fragancia enamorada,
brilló el vergel soñando su pureza
y la noche trocóse en alborada.

El silencio vistióse de armonía,
se despertó su música callada,
ardió la soledad cual mediodía
y la ausencia fue abrazo en llamarada.

No lo soñara el alma, ni creyera
que a su noche y su muerte el Sol llegara
brindando lo que nunca mereciera,

que el Amor a su amor se regalara,
que el Inmenso a su nada y mal viniera,
y en él, por solo amor, la transformara.