¿Llegó a La Gomera y sintió un flechazo
por esa isla? ¿Qué la llevó a escribir esta guía
literaria "La
Gomera y el arrebato"?
Creo que sí, se puede
decir que fue un flechazo. Del mismo modo que, en ocasiones, nos sucede
con las personas, yo me enamoré de la isla a primera vista.
Y también, al igual que suele ocurrir en todos los enamoramientos,
sentí pronto la necesidad de contarlo, de transmitir todo aquello
que a mí me parecía digno de ser admirado en La Gomera.
Eso fue lo que indujo a escribir el libro, expresar mis sentimientos
respecto a ese paisaje, entendiendo por paisaje la totalidad de lo
que es la isla: gentes, cultura, relaciones, incluso aspectos negativos.
Naturalmente, mi descubrimiento personal de la isla fue posible porque
yo me encontraba en aquel momento inmersa en una búsqueda de
un lugar especial en el cual vivir y tal vez, en otro momento, mi
reacción ante la indudable belleza de la isla hubiera sido
otra. Escribí el libro como una manera de compartir un espacio
físico, mental y emocional muy determinado, mi espacio, que
al mismo tiempo puede ser el que cualquier otra persona que visite
La Gomera.
¿Qué debe aportar el escenario para
que la literatura nazca y pase del escritor al papel?
En términos
generales, no lo sé, supongo que, como en tantas otras circunstancias,
se trata más bien de casos particulares de los que es difícil
extraer una norma. En lo que a mí respecta, el escenario de
La Gomera fue y es un escenario que cumple los requisitos que a mí
me hacen falta para estimular mi creatividad: una belleza natural
difícil, que exige una contemplación activa; la lejanía
física y mental de los escenarios habituales en que he vivido;
la insularidad, con toda la carga literaria que el término
isla conlleva; y la elección absoluta, ya que La Gomera es
el único sitio que no he habitado por alguna clase de imposición
o necesidad. Todo eso, mezclado, ha hecho que me haya resultado natural,
yo casi diría que imperativo, convertir mi experiencia en escritura,
algo de lo que, por otra parte, siempre he huido conscientemente,
incluso cuando he escrito poesía. La
Gomera y el arrebato es el único texto en que me he permitido
tratarme a mí misma como un personaje. Me ha resultado muy
difícil y ni siquiera me atrevo a asegurar que haya sido grato
pero, si me guío por los comentarios que ha recibido el libro,
debo reconocer que ha merecido la pena.
Usted trabajó para declarar el Silbo Gomero como Patrimonio
Inmaterial de la Humanidad. Indíquenos brevemente el motivo
central por el que pensaron que era necesaria esta consideración.
Es difícil indicar
un único motivo central, pero podría destacar la necesidad
de apoyar la conservación de un bien cultural muy delicado.
El Silbo Gomero no se encuentra en peligro de extinción gracias
a una política muy activa que incentiva el aprendizaje de las
generaciones más jóvenes de la isla. De hecho, es una
asignatura obligatoria en los colegios e institutos de la isla. Sin
embargo, ya no tiene la utilidad que permitió que sobreviviera
durante siglos, por lo que ahora es un bien cultural cuyo mayor mérito
es su propia existencia. Se está trabajando mucho para incluirlo
en el acervo patrimonial y turístico de la isla, es decir,
para que siga vico y activo, pero el reconocimiento de la UNESCO sirve,
en casos como este, para reforzar la importancia del elemento de que
se trata, hacerlo visible en todo el mundo para, de ese modo, garantizar
que se continuará velando por él, y fortalecer la conciencia
comunitaria de su valor.
¿Sigue considerando La Gomera como ese paraíso
al que llegó en 2005? ¿Cómo ha influido en la
isla, sus habitantes y visitantes el gran incendio del 2012?
En lo que a mí respecta,
La Gomera sigue siendo un paraíso, mi paraíso. Pero
como todo edén, tiene sus demonios. El incendio de hace dos
años fue la manifestación más clara de que en
La Gomera, como en todo el mundo desafortunadamente, existen personas
que no saben apreciar ni cuidar lo que tienen y que, además,
olvidan que solo les pertenece en usufructo porque el Parque de Garajonay
es también Patrimonio de la Humanidad reconocido por la UNESCO.
Y digo esto porque, como es sabido, el incendio fue provocado intencionadamente.
El fuego fue terrible y arrasó lugares muy hermosos de la isla.
Pero el clima en Canarias, y sobre todo en las islas occidentales,
es muy benigno y algunas especies, como por ejemplo los brezales de
las zonas altas, ya se están recuperando. Creo que de todo
aquel horror porque horror es lo que vivimos ha resultado
una sola cosa positiva y es que, me parece que ha aumentado la conciencia
de que algo así no puede volver a ocurrir. En cuanto a los
visitantes, excepto en lugares muy concretos donde aún quedan
señales de la quema, la isla sigue siendo un espacio privilegiado
para disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad.
Además es usted una gran conocedora de Portugal, ¿Por
qué creé que nos llega tan poco información cultural
sobre nuestros vecinos?
Supongo que porque nos hemos acostumbrado a vivir de espaldas
a ellos. En Portugal se sabe mucho más de España que
en España de Portugal. Ese ha sido durante demasiado tiempo,
y salvo para una minoría, el vecino pobre, que no molestaba
mucho y al que no había que hacer mucho caso porque no tenía
nada interesante que ofrecernos. Al contrario que Francia e Inglaterra
que, en diferentes épocas, han sido referentes a los que imitar,
Portugal era el único país de nuestro entorno europeo
menos desarrollado económicamente que España. A eso
hay que añadir los años de dictadura en ambos países,
con gobernantes empeñados en aislar sus respectivos países.
Esos son hábitos que quedan, que lastran, y aún seguimos
volcados en las novedades culturales que nos llegan de otros entornos
más lejanos, olvidando estas que tenemos cerca. De todas maneras,
creo que esta situación está cambiando. En los últimos
años ha aumentado el intercambio, la información entre
creadores y, en general, el interés por la cultura portuguesa
en su conjunto. Creo que la actual crisis puede ralentizar un poco
esos avances pero me parece que conocernos y entendernos a fondo es
una obligación histórica que tendremos que acatar, tanto
los españoles como los portugueses.
Viajes, literatura y la defensa de la igualdad de la mujer.
¿Son sus tres pilares o pasiones?
Son tres de ellos. Otro es trabajar por una sociedad
más justa, con valores ajenos al capitalismo dominante y con
respeto por la casa común que es nuestro planeta. Es más,
yo diría que esto último es el escenario imprescindible
para todo lo demás. Me apasiona viajar para conocer un poco
del mundo y de las personas que viven en él y para constatar
que en las cosas esenciales los seres humanos somos muy parecidos
en todos los lugares, mientras que en las más visibles somos
muy diferentes. Creo que apoyándonos en esas similitudes y
respetando estas diferencias podríamos construir un mundo mejor.
Como individuo poco puedo hacer, pero como escritora tengo el privilegio
de hacer que mi voz se escuche un poco y procuro actuar en consonancia
con esa responsabilidad.
¿En qué
proyectos literarios está trabajando?
A finales de este año
o principios del próximo publicaré con la editorial
Cuadernos del Laberinto un libro de poesía, estoy acabando
un libro de relatos y espero iniciar este verano la redacción
de una novela.
La
Gomera y el arrebato Colección ANAQUEL DE NARRATIVA, nº5 Nos encontramos ante lo que no sólo es una una guía de viaje al uso, es una una guía literaria de La Gomera en la que Monterrat Cano nos describe esta isla que tan bien conoce y en la que reside gran parte del año; esta isla a la que llegó y en la que se quedó tras sentir el arrebato del enamoramiento... <<Más>> |