Cuadernos del Laberinto ha reunido en esta Antología ENÉSIMA
HOJA a un excelente conjunto de poetas, todas ellas con una voz propia
y significativa que nos hace tejer una idea precisa del mapa de la poesía
en castellano escrita por mujeres que viven y forma parte de este siglo XXI.
Esta Antología de poetas contemporáneas
está llamada a marcar una época; recopila poesía de las principales
poetas del momento y en ella están representadas las distintas generaciones
de la lírica actual.
Ana Montojo, Mills Fox Edgerton, Silvia Gallego
y Raquel Campuzano participan en el programa Sexto Continente dirigido y presentado
por Miguel Ángel de Rus en REE
Pepa Nieto, Vanesa
Torres, Ana Montojo, María José Cortés y Marta Gómez
Garrido: "ENÉSIMA Hoja" en Chapinería
María Antonia García de León,
María Jesús Fuentes y Sasi Alami durante la presentación
de "ENÉSIMA Hoja" en Marbella
Alicia Arés y Sasi Alami en a 30 grados TV Marbella con
"Enésima hoja"
La poeta abulense Ester Bueno y "Enésima hoja"
En
Radio Nacional
En Cadena Ser
"Enésima hoja" en Radio 21 en La Biblioteca Encantada,
programa dirigido y presentado por Javier Fernandez.
Entrevista a Virginia Cantó, Vanesa Torres, María José
Cortés y Ana María Cuervo de los Santos.
Enésima hoja en la Universidad
de Salamanca. Palacio de Fonseca
Las poetas Ester Bueno, María José
Cortés, Vanesa Torres y Ana María Cuervo con la música
de Jan Bliek nos presentaron en Ávila la "Antología de
poetas contemporáneas ENÉSIMA HOJA". 31 de OCTUBRE, 2012.
Episcopio de Ávila
Laura Labajo y "Enésima hoja"
en Edición Exclusiva
Presentación de "Antología
de poetas contemporáneas ENÉSIMA HOJA" 19 de octubre, 19
horas. Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla. Madrid Presentan:
Miguel Ángel de Rus y Alicia Arés
"Antología de poetas
contemporáneas ENÉSIMA HOJA" en Libros Dodó
1
Isadora Duncan dijo que la ondulación es la ley de la naturaleza.
Es difícil saber de qué fondo teórico sacó
la idea, o si se la inventó con la gracia que la caracterizaba,
pero nadie ha definido la naturaleza así, con una ley tan
admirable presidiéndolo todo. De ahí que además
de inventar la danza de la ondulación inventase también
el pensamiento ondulante. Ese mismo pensamiento se desliza por
el poema que hace de pórtico a este libro. Para los seres
fronterizos que se mueven por ondulación las fronteras
ni siquiera son una línea abstracta. Para la undécima
hoja que cruza la frontera no hay tasas que valgan, la ondulación
del aire la lleva al otro lado de la línea pausadamente.
El poema de Wislava Szymborska desvanece completamente la línea
de la frontera, a través de una sucesión de imágenes
casi japonesas: este libro también. Rompe la frontera que
crean artificialmente los medios de comunicación entre
lo que se debe leer y no, entre los poetas y las poetas proyectados
hacia el publico por una publicidad redundante y abusiva y los
que son silenciados con absoluta frivolidad, con absoluta pereza
y con absoluta vileza intelectual.
Y rompe esa frontera con naturalidad y con elegancia, ofreciendo
una sucesión de poemas, hijos de un recogimiento natural
y de una absoluta necesidad de decir, de decir bien y de forma
no pocas veces fulminante, cuajada de imágenes que a veces
te proyectan hacia la más pura interioridad y otras veces
hacia la más devastadora o mágica o luminosa o sombría
exterioridad, en un vaivén o una ondulación que
la sucesión de poetas torna deslumbrante, por su variedad
y la forma con que cada nueva voz añade matices, contrastes,
dificultades y hallazgos impagables que hacen que uno no se arrepienta
de explorar este libro que tiene algo de desconcertante revelación.
2
Y es que en este libro que ahora se abre ante tus ojos como el
cuerno de la abundancia vas a encontrar
el temblor y la claridad, la devastación respirando
a palmo y medio de tu cara, la lluvia a las afueras de Serekunda,
el movimiento de los barcos, y la tórrida voz de Billie
Holiday
Las líneas de metro circulares que llevan a ninguna parte,
la muerte en las copas y los abrazos, y la reivindicación
del deseo de que el mundo nos deje reír aunque no haya
motivo
Los caminos polvorientos recorridos en bicicleta, los puentes
de Venecia concebidos como un diseño del infierno, y el
cansancio que siente a veces el viajero en la hora violeta...
Las ciudades de amores prohibidos y muchos secretos, las esponjas
que absorben el peso del silencio y dejan restos de gritos en
la espalda, y los retos a vida o muerte
El vino de las celebraciones y la espera, los resbalones en la
piel, el viento sobre las playas intactas, el naufragio de las
barcas insomnes, y la muerte escondida en cualquier carta
Los caminantes del mundo, los viajes nocturnos mientras la tierra
duerme, la oscuridad espesa de la vida, los instantes eternos,
y los ríos de fuego atravesando las entrañas
Las epopeyas quemadas, las pandemias de llanto, el tenaz combate
de las aguas, el trazo ondulante de la vida, el susurro de las
bisagras, y el voluntario empeño de las llamas
Las maletas muertas deambulando por las calles de la vida, la
niebla escondida en la lluvia, los locos escandalosos y trágicos,
y las monedas de oro extraviadas en el horizonte de la tarde
La prisa en los andenes, los versos que solo se conjugan en primera
persona, las calles bisiestas, el agua, los números muertos
en el calendario, y los años que llenan la madrugada
El volumen del amor, la avidez del mar de agosto, la lluvia en
los labios, la piel traslúcida del día, los grados
que marcan el termómetro del deseo, y la fiebre del recuerdo
Las puertas abiertas, la última estrella de la Vía
Láctea, la utilidad profunda de los números, la
primera mañana, la sensación de frío y de
abandono, y la cuna de la luz
La noche del agua, el otro silencio del mar, los jirones de la
madrugada asomándose al espejo, las olas invisibles, las
interrogaciones del aire, y el silencio del adiós
Los bosques de la esperanza, el peso de las horas, las vidas ajenas,
el escarnio de la sangre agusanada, el declive de los sueños,
la puerta de los párpados, y los pliegues de la lluvia
El insomnio, los poetas muertos, los besos, los gusanos, los mordiscos,
los pasos en la sombra, las raíces del odio, los moratones
en los brazos, y el olor a sal del vacío
El acecho de la parca, la ausencia de materia humana, las revelaciones
de la luz, el sentido de la vida, la composición del cristal,
la tempestad del sentimiento, y el despertar
Los perros hambrientos, el rigor de la obsidiana, la vainilla
de Madagascar, las voces muertas, los secretos inconfesables,
y la nostalgia anticipada del futuro
Las almohadas tristes, las paredes vociferantes, la piel agrietada,
el pasado caliente, el cuero ajustado de la falda, el presente
imposible, y el contenido del miedo
La mudez de los gemidos, las historias olvidadas, el cofre de
los recuerdos, el corazón dormido, las dormidas heridas,
y el soplo de la vida y de la muerte
El baile de las anémonas, el color del almíbar,
el laberinto del silencio, la respiración sísmica,
el resuello del minotauro, y el regreso sin más tardanza
a Creta
Las gaviotas y los cometas, la sal de los labios cansados, los
arqueros de flechas quebradas, los silencios verdes, los crucigramas
vacíos de palabras, y el silencio de los guerreros
La lluvia suave de los días gloriosos, las almas caminando
hacia las almas, los cuchillos que nos persiguen, la decisión
de las serpientes, y las huellas profundas del amor
Las noches que caben en una copa, el vino convertido en sangre,
los paisajes helados, los arroyos desecados, la sed, el vacío,
y el fuego que impulsaba e iluminaba a Lilith
Los atajos del tiempo, los ojos de neón, el ciclo de marejadas
para entregarse al goce, los encuentros en el ascensor, los espejos
de la memoria, y el sinsentido de la dicha
El temblor ante la página blanca, el insomnio de ojos tristes,
los mundos sin límites y temores, el pasado y el presente
arrancados de cuajo, y los que se suicidan sin dejar una nota
La boca del silencio, la añoranza del calor, los secretos
que se esconden bajo la lengua, los ojos encharcados de deseo,
y el rostro reflejado en el agua ennegrecida de las calles
El humo de la espera, las promesas destruidas, las tragedias cotidianas,
el momento de volver a empezar, el crepúsculo en la cintura,
y los paisajes de la ausencia
El cielo de las acequias, los pájaros de Senegal, las últimas
palabras pronunciadas, el manantial de la felicidad, el abrazo
de los ríos, y las aguamarinas vivas de los ojos
Los sueños corrompidos, la llegada de la ausencia, el latido
postrero, el aroma de los cuerpos ajenos, la sonrisa del payaso,
y los ecos perdidos en el camino de la felicidad
El limbo de los poetas desconocidos, el silencio líquido,
la respiración del océano, el dulce y confuso torbellino
de una ola cualquiera, y los silencios compartidos
Los días en que se rompen todos los paraguas, el salto
sin red, el aire de las esquinas, las mujeres de niebla, los dientes
blancos de la noche, y la voz cauta de la oscuridad
El reino del adulterio, la voz del deseo entre las nalgas, la
curva de la espalda, los abismos, las tumbas, la soledad, la piedad
del corazón entre las sábanas, y la sombra de las
manos
Las balas ignorantes siguiendo órdenes, el rostro ciego
hacia la luna, el perfume de la piel, el deseo convertido en nombre,
la música volando entre las sedas, y las corrientes de
vísceras y sangre
La combustión del silencio, el bombeo hondo del corazón,
el temblor mordaz de la espera, el miedo a la luz, el sabor de
las noches punzantes, y el reconocimiento de lo que falta
Las puertas que se cierran a la memoria, el sospechoso mar de
los silencios, las noches luminosas de la soledad, el frío
que congela nuestros pasos, y el regreso de la reina oculta
3
Como un pájaro apasionado y feliz he ido picando y escogiendo
algunos de los motivos, temas e imágenes que más
me han cautivado de cada poeta en mis primeras y muy gozosas lecturas,
sabiendo que regresaré muchas veces a este libro que ahora
tiene en tus manos, afortunado lector.
(JESÚS FERRERO)
Nota de la editora. Alicia Arés
Yo emborronaré el mapa de lo vulgar
vertiendo la pintura en un vaso.
En un plato de gelatina mostré
los pómulos oblicuos del océano.
En las escamas de un pez de hojalata
leí la llamada de nuevos labios.
Y usted,
¿se atreve
a tocar un nocturno
en la flauta de los canalones?
(Vladimir Maiakovski)
Me inquieta el hecho de que los colores se forman en nuestro
cerebro, de que son percepciones recibidas a través de
la luz. Gama, claridad, pestañas, iris, mirada, sombra
y una bombilla que se apaga dejándonos a ciegas. Y de nuevo
despertamos y somos quien mira, el observador y dador de sentido
a la luz.
Todo aparece lleno de representaciones que nos quieren acercar
a la realidad, a las mil, cien mil, millones de objetividades
que asumimos ciertas: los signos inventados, el lenguaje único
de los que se aman, los símbolos portadores de nuestra
civilización, las separaciones por categorías, los
sonidos inaudibles...
Leemos voces del pasado entre las páginas de los libros.
A veces son ruidos, otras melodías, silencio, versos y
palabras. «Un libro no es otra cosa que lo que cada uno
encuentra en él», decía José Luis Gallego.
Habrá quien asevere que el que tiene en la manos es una
selección poética personal de los editores; otros,
sí, lo llamarán antología; pocos usaran la
bellísima palabra ya en desuso «silva»,
y los que más espero se alejarán de
la discusión de querer nominar a esta reunión de
poemas con un término acertadísimo y se dedicarán
a su lectura.
Desde Cuadernos del Laberinto pensamos que ENÉSIMA HOJA
sea lo que sea cumple con la intención primera
de tejer una idea del mapa de la poesía en castellano escrita
por mujeres que viven y forman parte de este siglo xxi, agrupando
distintas generaciones, estilos y temáticas de la lírica
actual. Treinta y cuatro poetas, treinta y cuatro maneras de escribir
y cientos, miles, millones de lectores que pondrán su voz
en estas palabras ya sin fronteras, como la enésima hoja
de Szymborska cruzando el río.
(ALICIA ARÉS)
Mi más profundo agradecimiento a mis padres, Luis y
Beatriz, por la magnífica biblioteca familiar y por su
amor, creatividad y confianza. Os quiero.
Y a Carlos Augusto Casas amor mío, cielo y sol de
mi vida por compartir este y tantos proyectos.